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Guía de literatura, grado 6

 

ESCUDOINSTITUCIÓN EDUCATIVA DE BARANOA JULIO PANTOJA MALDONADO

GUÍA DE TRABAJO PARA EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS COMUNICATIVAS

Mi nombre es: _____________________________________________Grado:901, 902,903

Maestra: María Eugenia Herazo Pineda.       Fecha de inicio: 16de octubre.  Fecha Final:

AÑO ESCOLAR: 2018 PERÍODO ACADÉMICO: IV    SEDE: 1 BACHILLERATO      Tiempo: 1 semana.

 

EJE TEMÁTICO: EL CUENTO

Subtemas: Elementos del cuento, tipos de cuento, narrativa de García Márquez

SITUACIÓN PROBLEMA: Necesidad de diferenciar un cuento de otras tipologías textuales. Tras dejar la primaria, los niños solo leían cuentos cortos sin profundizar en sus características. La narrativa de García Márquez los ayudara a enfrentarse a la nueva etapa literaria en bachillerato. A partir de lo anterior nace la siguiente pregunta problema: ¿cómo enseñar las características del cuento través de cuentos escritos por Gabriel García Márquez?

ESTÁNDARES RELACIONADOS CON LOS APRENDIZAJES 

FACTOR: LITERATURA

ENUNCIADO IDENTIFICADOR

 - Comprendo obras literarias de diferentes géneros, propiciando así el desarrollo de mi capacidad crítica y creativa.

SUBPROCESOS

Para lo cual:

·       Interpreto los argumentos y temáticas que se enuncian en las obras literarias para crear nuevos textos.

·       Defino elementos literarios tales como personajes, lugar, tiempo, sentimientos acciones al interior de una obra literaria.

DERECHOS BÁSICOS RELACIONADOS CON EL APRENDIZAJE:

Reconoce las obras literarias como una posibilidad de circulación del conocimiento y de desarrollo de su imaginación.

COMPETENCIAS A FORTALECER: Interpretativa – argumentativa – propositiva

PROPÓSITO: Al finalizar la clase, los estudiantes, analizaran cuentos de Gabriel García Márquez reconociendo en ellos el tema, los elementos y las  características propias de un cuento

 EVIDENCIA DE APRENDIZAJE (DESCRIPTOR DE DESEMPEÑO)

Desempeño cognitivo

·       Se apropia de los conceptos desarrollados en clase.

·       Relaciona los conocimientos previos con los adquiridos en clase.

·       Contextualiza los conocimientos adquiridos.

Desempeño Psicomotriz

·       -Lee textos narrativos reconociendo su estructura

·       Construye análisis con base en investigación in situ y documental.

Desempeño socioafecivo

·       -Toma parte activa: Consulta, trabaja individual y grupalmente e interviene.

·       -Escucha, respeta y valora los aportes de los demás.

ASIGNATURAS QUE SE INTEGRAN CON ESTE DESEMPEÑO: Comprensión textual, literatura del caribe.

DESCRIPCIÓN DE LAS ACTIVIDADES POR MOMENTOS

I.              EXPLORACIÓN

1.1.    ACTIVIDADES DE PREPARACIÓN PARA EL APRENDIZAJE

1.1.2. ACUERDOS

Antes de iniciar se construirán acuerdos que permitan la sana convivencia, es decir, ciertas condiciones que medien en el habla colectiva.

1.     Escuchar con atención, sin interrumpir a quien tiene la palabra.

2.     Evitar realizar comentarios con otros compañeros sobre la temática o fuera de ella; mientras se realizan intervenciones.

3.     Observar a la cara a la persona que está hablando.

4.     Pedir la palabra en el momento que necesite intervenir, levantando la mano en silencio.

5.     Completar las ideas cuando sea necesario.

6.     Evitar repetir lo que otro estudiante haya expresado.

7.     Escuchar al compañero que le responde o le contradice.

8.    Respetar la opinión del otro; así no esté de acuerdo con lo que expresa

 REGLAS DE INTERACCIÓN

1.     Estoy de acuerdo con lo que dijo mi compañero porque…

2.     No estoy de acuerdo con mi compañero porque…

3.     Con mucho respeto contradigo lo que dijo…

Sintetizando: Respeto, escucha y participación.

OTRAS RECOMENDACIONES:

1.    Levantarse cuando vayan a participar.

2.     Proyectar la voz. Recordar que estás hablándole a otras personas.

3.     Vocalizar y modular.

4.     La postura al sentarse es muy importante para aprender.

5.     Tomar apuntes.

6.    Gestión del tiempo apropiadamente; para ello tienen un gestor que es quien estará pendiente de ese aprovechamiento.

1.1.3 OBSERVACIÓN DE VIDEOS COMPLEMENTADOS CON LECTURA PREVIA

Observación de vídeo sobre el cuento: Escucha con atención el siguiente video sobre el tema, te ayudara a su comprensión. 


 Observación vídeo sobre Gabo: Observa el siguiente video para que conozcas al escritor Gabriel García Márquez.


 

1.1.4. lee el siguiente fragmento:

«Una de las mujeres, mortificada por tanta insolencia, le quitó entonces al cadáver el pañuelo de la cara, y también los hombres se quedaron sin aliento. Era Esteban. No hubo que repetirlo para que lo reconocieran. Si les hubieran dicho Sir Walter Raleigh, quizás, hasta ellos se habrían impresionado con su acento de gringo, con su guacamayo en el hombro, con su arcabuz de matar caníbales, pero Esteban solamente podía ser uno en el mundo, y allí estaba tirado como un sábalo, sin botines, con unos pantalones de sietemesino y esas uñas rocallosas que sólo podían cortarse a cuchillo.»

 

 PREGUNTAS PARA RESPONDER

1.  ¿qué tipo de texto crees que sea?

2.  ¿Cuál es la intención de este párrafo?

 

1.1.5. PRESENTACIÓN DEL TEMA.

**RESPUESTAS DE 5 ESTUDIANTES SOBRE EL FRAGMENTO ANTERIOR **

 

1.2.         OBJETIVO DE APRENDIZAJE: Reconocer las características del cuento  utilizando los cuentos de Gabriel García Márquez.

 

 

II.ESTRUCTURACIÓN DEL CONOCIMIENTO

2.1CONCEPTUALIZACIÓN: A continuación, leerás sobre el cuento, sus características, tipos y elementos. Hazlo primero de manera individual. Si necesitas indaga el significado de palabras y expresiones que desconozcas. Lee detenidamente para que comprendas.

2.1.1. El cuento

Es un tipo de narración generalmente breve, basada en hechos reales o ficticios, en la cual un grupo de personajes desarrollan una trama relativamente sencilla. En el ámbito literario es uno de los subgéneros de la narrativa, ampliamente cultivado por escritores de muy distintas tradiciones. También existen cuentos populares, transmitidos oralmente o que pertenecen al acervo de la cultura informal.

2.1.2. Características.

           Se trata de una narración breve, cerrada en sí misma, que relata una serie relativamente sencilla de hechos desde su inicio hasta su fin. Esto quiere decir que contiene todos los elementos necesarios para comprender el relato de cabo a rabo.

           Procura narrar de manera más o menos directa, sin tantas dilaciones, extravíos o divagaciones, siendo éstas más propias de la novela. Un cuento debería poder leerse de principio a fin, en una sola sentada.

           Posee una única línea argumental, en la que convergen uno o más personajes, a través de un conjunto variable de acciones o vericuetos. El número de personajes en un cuento es variable.

           Posee una unidad de efecto, rasgo que comparte con la poesía. Esto quiere decir que a través de su lectura se busca generar un efecto estético, reflexivo o emocional, para lo cual el cuento cuenta con todas las herramientas necesarias.

           Se encuentra escrito en prosa, y posee siempre un narrador (o en ocasiones puntuales, más de uno) a través de cuya voz se narran los sucesos de la trama. Dicho narrador puede formar o no parte de los personajes del relato, y puede hablar en primera (yo) o tercera (él/ella/ellos) personas.

2.1.3. Tipos de cuento.

Existen muchas formas de clasificación del cuento, atendiendo a criterios diversos. Por ejemplo, si tomamos en cuenta su extensión, podemos diferenciar entre un cuento breve (10 páginas o menos) y un cuento largo (más de 10 páginas), a pesar de que dichas extensiones son, al final, subjetivas. También existe el microrrelato o minicuento, cuya extensión no suele ir más allá de una página, a veces ni un párrafo.

Otra forma de clasificar los cuentos atiende a su contenido, y al “tema” en el que puede circunscribirse la trama. Así, podemos hablar de:

                Cuentos de hadas, generalmente destinados a un público infantil, se desarrollan en un mundo fantástico fácilmente diferenciable entre el bien y el mal, y suelen contener algún tipo de moraleja o efecto final, que los aproxima a la fábula.

                Cuentos fantásticos, en los que se representa un mundo ficcional muy alejado del mundo real, con leyes propias que permiten la existencia de criaturas mágicas, poderes sobrenaturales, etc.

                Cuentos realistas, que se desarrollan en un mundo semejante al real, manejándose con las mismas reglas de verosimilitud o de credibilidad.

                Cuentos de terror, cuyas tramas giran en torno a lo sobrenatural o a situaciones diseñadas para despertar el miedo o la angustia en el lector.

                Cuentos de ciencia ficción, que se ambientan en futuros cercanos o distantes, utópicos o distópicos, o bien en mundos paralelos, en los que la ciencia y la tecnología son distintos a los reales y permiten la exploración de situaciones inéditas.

                Cuentos policiales, también llamados detectivescos, suelen tener como eje narrativo un crimen cometido (generalmente un asesinato) y un detective o investigador encargado de resolverlo.

                Cuentos satíricos o cómicos, aquellos diseñados para mover a la risa a sus lectores, a través de situaciones disparatadas, graciosas o ridículas.

                Cuentos eróticos, finalmente, aquellos que abordan temáticas románticas o íntimas, especialmente vinculadas con la sexualidad.

 

 

2.1.4. Partes del cuento

Un cuento posee, a partir de la lógica aristotélica, tres partes distinguibles, que son:

           Inicio, en el que se despliega el mundo ficcional y se presentan los personajes, inmersos ya en la trama narrativa. Idealmente, es la etapa en la que deberíamos conocer qué cosas quieren los personajes protagonistas.

           Complicación, etapa intermedia en la que la trama se hace más densa, compleja o intrincada. Aquí es donde suelen surgir los elementos que imposibilitan a los personajes la satisfacción de sus deseos.

           Desenlace, el cierre del cuento, en el que la anécdota llega a su fin. Aquí solemos enterarnos de si los personajes obtuvieron o no lo que deseaban, y por qué.

 

2.1.5. Elementos de un cuento

           Un narrador, que es quien relata la historia, sea o no parte de ella, y que refiere los hechos a partir de una posición objetiva o subjetiva, dependiendo de si se trata de un narrador testigo, narrador protagonista o narrador omnisciente (que todo lo ve y todo lo sabe).

           Unos personajes, que son las entidades ficticias a las que les ocurre la trama. Pueden ser muchos y de muy distinto tipo, pero siempre hay alguno central al relato (protagonista) que incluso puede ser quien lo cuente (narrador-protagonista). También puede haber personajes que se opongan al protagonista y que intenten impedirle lo que quiere (antagonistas) o simplemente que lo acompañan durante su recorrido (personajes secundarios).

           Un tiempo, que son dos realmente: el tiempo real que toma leer el relato y el tiempo ficcional, el que transcurre dentro del relato y que puede abarcar minutos, meses, años o siglos.

           Unos lugares, que no son más que las ubicaciones o locaciones en las que tienen lugar los hechos narrados, y que pueden estar más o menos descritos en el cuento.

           Una trama, que es la sumatoria de los vericuetos y los acontecimientos que les ocurren a los personajes, organizados de manera tal que se sucedan lógicamente en el tiempo, ya sea de un modo lineal, o no.

 

 

 

2.2. MODELACIÓN ACCIÓN DOCENTE

 

Lee el siguiente cuento señalando inicio, nudo y descenlace:

 

Era bella, elástica, con una piel tierna del color del pan y los ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta la espalda, y un aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes. Estaba vestida con un gusto sutil: chaqueta de lince, blusa de seda natural con flores muy tenues, pantalones de lino crudo, y unos zapatos lineales del color de las bugambilias. “Esta es la mujer más bella que he visto en mi vida”, pensé, cuando la vi pasar con sus sigilosos trancos de leona, mientras yo hacía la cola para abordar el avión de Nueva York en el aeropuerto Charles de Gaulle de París. Fue una aparición sobrenatural que existió sólo un instante y, desapareció en la muchedumbre del vestíbulo.


         Eran las nueve de la mañana. Estaba nevando desde la noche anterior, y el tránsito era más denso que de costumbre en las calles de la ciudad, y más lento aún en la autopista, y había camiones de carga alineados a la orilla, y automóviles humeantes en la nieve. En el vestíbulo del aeropuerto, en cambio, la vida seguía en primavera.


         Yo estaba en la fila de registro detrás de una anciana holandesa que demoró casi una hora discutiendo el peso de sus once maletas. Empezaba a aburrirme cuando vi la aparición instantánea que me dejó sin aliento, así que no supe cómo terminó el altercado, hasta que la empleada me bajó de las nubes con un reproche por mi distracción. A modo de disculpa le pregunté si creía en los amores a primera vista. “Claro que sí”, me dijo. “Los imposibles son los otros”. Siguió con la vista fija en la pantalla,de la computadora, y me preguntó qué asiento prefería: fumar o no fumar.


         —Me da lo mismo —le dije con toda intención—, siempre que no sea al lado de las once maletas.
         Ella lo agradeció con una sonrisa comercial sin apartar la vista de la pantalla fosforescente.


         —Escoja un número —me dijo—: tres, cuatro o siete.


         —Cuatro.
         Su sonrisa tuvo un destello triunfal.


         —En quince años que llevo aquí —dijo—, es el primero que no escoge el siete.
         Marcó en la tarjeta de embarque el número del asiento y me la entregó con el resto de mis papeles, mirándome por primera vez con unos ojos color de uva que me sirvieron de consuelo mientras volvía a ver la bella. Sólo entonces me advirtió que el aeropuerto acababa de cerrarse y todos los vuelos estaban diferidos.


         —¿Hasta cuándo?


         —Hasta que Dios quiera —dijo con su sonrisa. La radio anunció esta mañana que será la nevada más grande del año.


         Se equivocó: fue la más grande del siglo. Pero en la sala de espera de la primera clase la primavera era tan real que había rosas vivas en los floreros y hasta la música enlatada parecía tan sublime y sedante como lo pretendían sus creadores. De pronto se me ocurrió que aquel era un refugio adecuado para la bella, y la busqué en los otros salones, estremecido por mi propia audacia. Pero la mayoría eran hombres de la vida real que leían periódicos en inglés mientras sus mujeres pensaban en otros, contemplando los aviones muertos en la nieve a través de las vidrieras panorámicas, contemplando las fábricas glaciales, los vastos sementeras de Roissy devastados por los leones. Después del mediodía no había un espacio disponible, y el calor se había vuelto tan insoportable que escapé para respirar.


         Afuera encontré un espectáculo sobrecogedor. Gentes de toda ley habían desbordado las salas de espera, y estaban acampadas en los corredores sofocantes, y aun en las escaleras, tendidas por los suelos con sus animales y sus niños, y sus enseres de viaje. Pues también la comunicación con la ciudad estaba interrumpida, y el palacio de plástico, transparente parecía una inmensa cápsula espacial varada en la tormenta. No pude evitar la idea de que también la bella debía estar en algún lugar en medio de aquellas hordas mansas, y esa fantasía me infundió nuevos ánimos para esperar.


         A la hora del almuerzo habíamos asumido nuestra conciencia de náufragos. Las colas se hicieron interminables frente a los siete restaurantes, las cafeterías, los bares atestados, y en menos de tres horas tuvieron que cerrarlos porque no había nada qué comer ni beber. Los niños, que por un momento parecían ser todos los del mundo, se pusieron a llorar al mismo tiempo, y empezó a levantarse de la muchedumbre un olor de rebaño. Era el tiempo de los instintos. Lo único que alcancé a comer en medio de la rebatiña fueron los dos últimos vasos de helado de crema en una tienda infantil. Me los tomé poco a poco en el mostrador, mientras los camareros ponían las sillas sobre las mesas a medida que se desocupaban, y viéndome a mí mismo en el espejo del fondo, con el último vasito de cartón y la última cucharita de cartón, y pensando en la bella.
INICIO


         El vuelo de Nueva York, previsto para las once de la mañana, salió a las ocho de la noche. Cuando por fin logré embarcar, los pasajeros de la primera clase estaban ya en su sitio, y una azafata me condujo al mío. Me quedé sin aliento. En la poltrona vecina, junto a la ventanilla, la bella estaba tomando posesión de su espacio con el dominio de los viajeros expertos. “Si alguna vez escribiera esto, nadie me lo creería”, pensé. Y apenas si intenté en mi media lengua un saludo indeciso que ella no percibió.


         Se instaló como para vivir muchos años, poniendo cada cosa en su sitio y en su orden, hasta que el lugar quedó tan bien dispuesto como la casa ideal donde todo estaba al alcance de la mano. Mientras lo hacía, el sobrecargo nos llevó la champaña de bienvenida. Cogí una copa para ofrecérsela a ella, pero me arrepentí a tiempo. Pues sólo quiso un vaso de agua, y le pidió al sobrecargo, primero en un francés inaccesible y luego en un inglés apenas más fácil, que no la despertara por ningún motivo durante el vuelo. Su voz grave y tibia arrastraba una tristeza oriental.
         Cuando le llevaron el agua, abrió sobre las rodillas un cofre de tocador con esquinas de cobre, como los baúles de las abuelas, y sacó dos pastillas doradas de un estuche donde llevaba otras de colores diversos. Hacía todo de un modo metódico y parsimonioso, como si no hubiera nada que no estuviera previsto para ella desde su nacimiento. Por último bajó la cortina de la ventana, extendió la poltrona al máximo, se cubrió con la manta hasta la cintura sin quitarse los zapatos, se puso el antifaz de dormir, se acostó de medio lado en la poltrona, de espaldas a mí, y durmió sin una sola pausa, sin un suspiro, sin un cambio mínimo de posición, durante las ocho horas eternas y los doce minutos de sobra que duró el vuelo a Nueva York.
         Fue un viaje intenso. Siempre he creído que no hay nada más hermoso en la naturaleza que una mujer hermosa, de modo que me fue imposible escapar ni un instante al hechizo de aquella criatura de fábula que dormía a mi lado. El sobrecargo había desaparecido tan pronto como despegamos, y fue reemplazado por una azafata cartesiano que trató de despertar a la bella para darle el estuche de tocador y los auriculares para la música. Le repetí la advertencia que ella le había hecho al sobrecargo, pero la azafata insistió para oír de ella misma que tampoco quería cenar. Tuvo que confirmárselo el sobrecargo, v aun así me reprendió porque la bella no se hubiera colgado en el cuello el cartoncito con la orden de no despertarla.
         Hice una cena solitaria, diciéndome en silencio lo que le hubiera dicho a ella si hubiera estado despierta. Su sueño era tan estable, que en cierto momento tuve la inquietud de que las pastillas que se había tomado no fueran para dormir sino para morir. Antes de cada trago, levantaba la copa y brindaba.
         —A tu salud, bella.


         Terminada la cena apagaron las luces, dieron la película para nadie, y los dos quedamos solos en la penumbra del mundo. La tormenta más grande del siglo había pasado, y la noche del Atlántico era inmensa y limpida, y el avión parecía inmóvil entre las estrellas. Entonces la contemplé palmo a palmo durante varias horas, y la única señal de vida que pude percibir fueron las sombras de los sueños que pasaban por su frente como las nubes en el agua. Tenía en el cuello una cadena tan fina que era casi invisible sobre su piel de oro, las orejas perfectas sin puntadas para los aretes, las uñas rosadas de la buena salud, y un anillo liso en la mano izquierda. Como no parecía tener más de veinte años me consolé con la idea de que no fuera un anillo de bodas sino el de un noviazgo efímero. “Saber que duermes tú, cierta, segura, cauce fiel de abandono, línea pura, tan cerca de mis brazos maniatados”, pensé, repitiendo en la cresta de espúmas,de champaña el soneto magistral de Gerardo Diego. Luego extendí la poltrona a la altura de la suya, y quedamos acostados más cerca que en una cama matrimonial. El clima de su respiración era el mismo de la voz, y su piel exhalaba un hálito tenue que sólo podía ser el olor propio de su belleza. Me parecía increíble: en la primavera anterior había leído una hermosa novela de Yasunari Kawabata sobre los ancianos burgueses de Kyoto que pagaban sumas enormes para pasar la noche contemplando a las muchachas más bellas de la ciudad, desnudas y narcotizadas, mientras ellos agonizaban de amor en la misma cama. No podían despertarlas, ni tocarlas, y ni siquiera lo intentaban, porque la esencia del placer era verlas dormir. Aquella noche, velando el sueño de la bella, no sólo entendí aquel refinamiento senil, sino que lo viví a plenitud.


         —Quién iba a creerlo —me dije, con el amor propio exacerbado por la champaña—: Yo, anciano japonés a estas alturas.
(NUDO)


         Creo que dormí varias horas, vencido por la champaña y los fogonazos mudos de la película, Y desperté con la cabeza agrietada. Fui al baño. Dos lugares detrás del mío yacían la anciana de las once maletas despatarrada de mala manera en la poltrona. Parecía un muerto olvidado en el campo de batalla. En el suelo, a mitad del pasillo, estaban sus lentes de leer con el collar de cuentas de colores, y por un instante disfruté de la dicha mezquina de no recogerlos.


         Después de desahogarme de los excesos de champaña me sorprendí a mí mismo en el espejo, indigno y feo, y me asombré de que fueran tan terribles los estragos del amor. De pronto el avión se fue a pique, se enderezó como pudo, y prosiguió volando al galope. La orden de volver al asiento se encendió. Salí en estampida, con la ilusión de que sólo las turbulencias de Dios despertaran a la bella, y que tuviera que refugiarse en mis brazos huyendo del terror. En la prisa estuve a punto de pisar los lentes de la holandesa, y me hubiera alegrado. Pero volví sobre mis pasos, los recogí, y se los puse en el regazo, agradecido de pronto de que no hubiera escogido antes que yo el asiento número cuatro.


         El sueño de la bella era invencible. Cuando el avión se estabilizó, tuve que resistir la tentación de sacudirla con cualquier pretexto, porque lo único que deseaba en aquella última hora de vuelo era verla despierta, aunque fuera enfurecida, para que yo pudiera recobrar mi libertad, y tal vez mi juventud. Pero no fui capaz. “Carajo”, me dije, con un gran desprecio. “¡Por qué no nací Tauro!”.


         Despertó sin ayuda en el instante en que se encendieron los anuncios del aterrizaje, y estaba tan bella y lozana como si hubiera dormido en un rosal. Sólo entonces caí en la cuenta de que los vecinos de asiento en los aviones, igual que los matrimonios viejos, no se dan los buenos días al despertar. Tampoco ella. Se quitó el antifaz, abrió los ojos radiantes, enderezó la poltrona, tiró a un lado la manta, se sacudió las crines que se peinaban solas con su propio peso, volvió a ponerse el cofre en las rodillas, y se hizo un maquillaje rápido y superfluo, que le alcanzó justo para no mirarme hasta que la puerta se abrió. Entonces se puso la chaqueta de lince, pasó casi por encima de mí con una disculpa convencional en castellano puro de las Américas, y se fue sin despedirse siquiera, sin agradecerme al menos lo mucho que hice por nuestra noche feliz, y desapareció hasta el sol de hoy en la amazonia de Nueva York. (DESCENLACE)



Junio 1982

 

III.PRÁCTICA

3.1. PRÁCTICA GUÍADA

Veamos cómo identificar los elementos del cuento anterior:

Pasos

Primer paso: Leer atentamente el texto, de una a tres veces.

Segundo paso: saca palabras desconocidas y busca su significado.

Tercer paso: define tipo de narrador, quienes son los personajes, el tiempo que transcurre en el relato, lugares donde se desarrollan los hechos y define la trama.

 

Realización:

1. Lectura

2. Palabras desconocidas:

ü  Bugambilias: Es un género de flores de la familia Nyctaginaceae originarias de zonas secas de América del Sur.

ü  Altercado: Enfrentamiento o pelea violenta y acalorada.

3. Identificación de:

Tipo de narrador: Testigo protagonista ya que él mismo narra todo lo que aconteció.

Personajes: la recepcionista, las azafatas, el protagonista, la bella y la anciana.

Tiempo: aparentemente está en tiempo presente desde el inicio hasta el final de la narración transcurrieron 8 horas. Lo que duró el vuelo.

Lugares: Avión, Aeropuertos de Paris y Nueva York.

Trama: el narrador se enamora a primera vista de una mujer al que decide llamar bella. La contempla en el vuelo imaginando todo tipo de situaciones en las que puede entablar conversación con ella, incluso imagina una relación matrimonial.

 

3.2 PRÁCTICA INDEPENDIENTE

Actividad 1.

Afianza los componentes conceptuales del cuento. Relaciona cada frase o palabra con el grupo al que corresponde. Al seleccionar la primera, arriba veras el número de elementos faltantes de ese grupo.


 Actividad 2.

Lee el cuento el cuento “Un día de estos” de Gabriel García Márquez y realiza el siguiente test:


 

Actividad 3:

Lee el cuento “buen viaje señor presidente” y descubre las palabras en la ruleta.


 

 

4.  TRANSFERENCIA DEL CONOCIMIENTO

4.1 APLICACIÓN DEL APRENDIZAJE

Para poner a prueba tus conocimientos adquiridos, realiza un comentario crítico en el que compares y des tu opinión crítica a cerca de los cuentos trabajados en todas las actividades. Con el fin de que tengas claro que hacer, aquí está la definición de comentario crítico:

 

Es un género de escritura académica que resume brevemente y evalúa críticamente un trabajo o concepto. Se puede usar para analizar obras creativas, trabajos de investigación o incluso teorías. En este sentido, el rango de obras que pueden estar sujetas a un comentario crítico es amplio.

 

Esto incluye novelas, películas, poesía, monografías, artículos de revistas, revisiones sistemáticas y teorías, entre otros. En general, en este tipo de texto se utiliza un estilo formal de escritura académica y tiene una estructura clara: introducción, cuerpo y conclusión. El cuerpo incluye un resumen de la obra y una evaluación detallada. (Castillo, sf).

 

Para ampliar información ingresa a este link: https://www.lifeder.com/comentario-critico/

4.2 Socialización: comparte con tus compañeros tu comentario, para que te escuchen y opinen sobre él. Comparen sus trabajos. El mejor comentario será subido en nuestro Blog pantojista.


Webgrafías:

 

Concepto de cuento, características, tipos y elementos. Recuperado de https://concepto.de/cuento/#ixzz6USkPm3nD

     https://www.youtube.com/watch?v=1ZMU8Cb-U5U

Castillo (sf). Comentario crítico. Recuperado de: https://www.lifeder.com/comentario-critico/

García, G (1992). Buen viaje señor presidente. Recuperado de: https://www.literatura.us/garciamarquez/bviaje.html

García, G (1968). El ahogado más hermoso del mundo. Recuperado de: https://www.literatura.us/garciamarquez/ahogado.html

Garcia, G (1992). El avión de la bella durmiente. Recuperado de:

https://www.literatura.us/garciamarquez/avion.html

García, G (1962). Un día de estos. Recuperado de: https://ciudadseva.com/texto/un-dia-de-estos/

 

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