Ir al contenido principal

Interpretación textual 11

¿NO OYES LADRAR LOS PERROS?

 

 

Nombre estudiante: _________________________________Fecha: ________

 

Pregunta problémica o problematizadora:

 

¿Cómo mejorar la interpretación textual en los estudiantes de grado 11 en situación excepcional, siendo esta un aislamiento obligatorio a causa de una pandemia?

 

Competencias: Comprensión e interpretación textual.

 

Metodología remota y acompañamiento en el aula de clase: Educación a distancia para la Autoformación Estudiantil con acompañamiento de los padres en el desarrollo de la guía de aprendizaje.

Estándar básico del lenguaje: Comprendo e interpreto textos con actitud crítica y capacidad argumentativa.

DBA: Determina los textos que desea leer y la manera en que abordará su comprensión, con base en sus experiencias de formación e inclinaciones literarias.

Eje temático: Comprensión e interpretación textual.

Desempeños: Elaboro hipótesis de interpretación atendiendo a la intención comunicativa y al sentido global del texto que leo.

MOMENTO 1: Exploración

 

1.1 Actividad de preparación para el aprendizaje

 Los clásicos son historias que se cuentan una y otra vez, de una y de otra manera, con un final o con otro, y que siguen existiendo porque han pasado de voz en voz, de libro en libro. Las abuelas se las contaron a sus nietos; a su vez, ellas de pequeñas las escucharon de sus abuelas; y estas abuelas las escucharon de sus abuelas o de un libro o de un cuentista o de qué sé yo. Lo que queremos decir es que un cuento clásico atraviesa todas las épocas y no se pierde ni se olvida en el camino porque a los niños le sigue gustando, porque quisieran ser como alguno de los personajes, estos seres imaginarios que aparecen en la historia, o porque les ayudan a entender el mundo en el que vivimos.

Ahora responde:

¿Recuerdas algún cuento antiguo? ¿Cuál?

¿Por qué crees que se siguen contando los cuentos clásicos?

¿Por qué será que estos cuentos nos siguen gustando?

1.1.1 Motivación

Para fortalecer la lectura del cuento “No oyes ladrar los perros” ver este video donde nos narran la historia con el fin de entenderla mejor. 


 

1.1.2 Reconocimiento de saberes previos

Lee atentamente el siguiente texto sobre la importancia de la comprensión e interpretación textual y responde la pregunta de reflexión que aparece después del cuadro.

 

La compresión lectora es una de las competencias básicas que todos los alumnos deben tener bien desarrollada y así poder acceder de forma directa a todas las materias del currículo actual del sistema educativo.   Una buena comprensión lectora, se demostrará no sólo en la asignatura de lengua sino también en el resto de materias que utilizan el lenguaje escrito.

Emitir juicios y reflexionar acerca del texto para saber si conocemos algo del mismo, es importante puesto que   cuando se es capaz de realizar inferencias al texto, nos permite desarrollar nuestro razonamiento y poner en marcha estrategias que faciliten la comprensión eficaz.

Es importante conocer si las dificultades se mantienen o bien son debidas a una situación puntual de dificultad añadida que podemos solucionar buscando otras alternativas.

 Existe una amplia selección de técnicas y métodos para ejercitar y reforzar la comprensión lectora. Algunos puntos de interés son los siguientes:

Al diseñar el programa de comprensión lectora tener en cuenta que deben aparecer al menos tres fases con variadas actividades, PRE-lectura, lectura y POST-lectura. Muy importante la última fase dónde se consolida lo leído, aprendiendo y ampliando conocimientos.

Motivación: provocar un auténtico gusto por la lectura es difícil, tanto si se tienen dificultades de lectura como si no, pero no por ello hay que dejar de intentarlo, puede llegar a ser una afición agradable o una buena actividad elegida para el ocio.

Realizar preguntas del texto, buscar palabras centrales y analizar su estructura entre otros datos pueden ayudar

1.1.3 relaciones con el nuevo aprendizaje: La comprensión lectora se ha convertido en un pilar fundamental para la educación básica y secundaria para nuestro país, los estudiantes de último grado deben estar preparados para las pruebas saber y es por ello que la comprensión e interpretación textual toma doble importancia, el siguiente módulo funcionará como soporte para mecanizar esta interpretación textual.


1.2 objetivo de aprendizaje:
El siguiente módulo se presenta a manera de soporte para ayudar a afianzar la comprensión e interpretación textual de los estudiantes de grado 11. Al ser estudiantes de último grado y tener que cumplir con la prueba saber ICFES, la comprensión e interpretación textual les será fundamental para obtener los resultados esperados. Finalmente, el módulo cuenta con lecturas y actividades interactivas para realizar.

 

 

MOMENTO 2: Estructuración del conocimiento
2.1 Conceptualización
Infórmate sobre los componentes de los géneros discursivos. Lee y comprende.

Nociones fundamentales de la comprensión lectora

La comprensión lectora es el empleo y la reflexión a partir de textos escritos, con el fin de alcanzar las metas propias, desarrollar el conocimiento y el potencial personal, y participar de manera efectiva en la sociedad. Actualmente la comprensión de textos ya no es considerada como la capacidad, desarrollada exclusivamente durante los primeros años escolares, para leer y escribir, sino como un conjunto progresivo de conocimientos, destrezas y estrategias que los individuos desarrollan a lo largo de la vida en distintos contextos y en interacción con sus iguales.

Por lo tanto, además de la habilidad para recuperar el significado literal del texto, la comprensión lectora implica la habilidad para:

• Obtener información del texto y saber cómo utilizarla y darle forma para que se ajuste a las necesidades del lector.

• Reflexionar sobre los propósitos y audiencias a los que se dirigen los textos.

• Reconocer los diferentes mecanismos utilizados por los escritores en la construcción de sus textos para transmitir sus mensajes con la finalidad de persuadir e influir en el lector, y en ese sentido, comprender y apreciar la destreza del escritor.

• Comprender e interpretar una amplia variedad de tipos de textos con el fin de darle sentido a los textos al relacionarlos con los contextos en los que aparecen.

• Identificar y comprender la ironía, la metáfora y el humor (detectar matices y sutilezas del lenguaje).

• Comparar y contrastar la información de un texto, realizando inferencias. •

 Distanciarse de los argumentos para reflexionar sobre los mismos, analizando, evaluando, criticando y ampliando las afirmaciones realizadas.

• Relacionar lo que se lee con las propias experiencias y conocimientos anteriores.

2.2. Modelación
A continuación podrá ver el ejemplo de un mapa conceptual con el fin de utilizarlo como base para realizar el suyo

 MOMENTO 3: Práctica

3.1 práctica guiada

Pasos para realizar un buen mapa conceptual:
1.
Construcción de una buena idea focal
2. Sugerencia de conceptos relevantes
3. Lista de conceptos
4. Orden de rango
5. Mapa conceptual preliminar
6. Proceso iterativo
7. Reposicionamiento y refinamiento del mapa conceptual

 

3.2 práctica independiente

En un mapa conceptual organice las anteriores habilidades necesarias para un optima comprensión lectora. Realice el mapa conceptual en una hoja de Block

MOMENTO 4. Transferencia

aplicación del conocimiento.

4.1 Creación de productos

Lea el siguiente cuento de Juan Rulfo y responda el cuestionario al final

Juan Rulfo
(México, 1918-1986)
No oyes ladrar a los perros
(El Llano en llamas, 1953)

        —Tú que vas allá arriba, Ignacio, dime si no oyes alguna señal de algo o si ves alguna luz en alguna parte.
        —No se ve nada.
        —Ya debemos estar cerca.
        —Sí, pero no se oye nada.
        —Mira bien.
        —No se ve nada.
        —Pobre de ti, Ignacio.
        La sombra larga y negra de los hombres siguió moviéndose de arriba abajo, trepándose a las piedras, disminuyendo y creciendo según avanzaba por la orilla del arroyo. Era una sola sombra, tambaleante.
        La luna venía saliendo de la tierra, como una llamarada redonda.
        —Ya debemos estar llegando a ese pueblo, Ignacio. Tú que llevas las orejas de fuera, fíjate a ver si no oyes ladrar los perros. Acuérdate que nos dijeron que Tonaya estaba detrasito del monte. Y desde qué horas que hemos dejado el monte. Acuérdate, Ignacio.
        —Sí, pero no veo rastro de nada.
        —Me estoy cansando.
        —Bájame.
        El viejo se fue reculando hasta encontrarse con el paredón y se recargó allí, sin soltar la carga de sus hombros. Aunque se le doblaban las piernas, no quería sentarse, porque después no hubiera podido levantar el cuerpo de su hijo, al que allá atrás, horas antes, le habían ayudado a echárselo a la espalda. Y así lo había traído desde entonces.
        —¿Cómo te sientes?
        —Mal.
        Hablaba poco. Cada vez menos. En ratos parecía dormir. En ratos parecía tener frío. Temblaba. Sabía cuándo le agarraba a su hijo el temblor por las sacudidas que le daba, y porque los pies se le encajaban en los ijares como espuelas. Luego las manos del hijo, que traía trabadas en su pescuezo, le zarandeaban la cabeza como si fuera una sonaja. Él apretaba los dientes para no morderse la lengua y cuando acababa aquello le preguntaba:
        —¿Te duele mucho?
        —Algo —contestaba él.
        Primero le había dicho: "Apéame aquí... Déjame aquí... Vete tú solo. Yo te alcanzaré mañana o en cuanto me reponga un poco." Se lo había dicho como cincuenta veces. Ahora ni siquiera eso decía. Allí estaba la luna. Enfrente de ellos. Una luna grande y colorada que les llenaba de luz los ojos y que estiraba y oscurecía más su sombra sobre la tierra.
        —No veo ya por dónde voy —decía él.
        Pero nadie le contestaba.
        E1 otro iba allá arriba, todo iluminado por la luna, con su cara descolorida, sin sangre, reflejando una luz opaca. Y él acá abajo.
        —¿Me oíste, Ignacio? Te digo que no veo bien.
        Y el otro se quedaba callado.
        Siguió caminando, a tropezones. Encogía el cuerpo y luego se enderezaba para volver a tropezar de nuevo.
        —Este no es ningún camino. Nos dijeron que detrás del cerro estaba Tonaya. Ya hemos pasado el cerro. Y Tonaya no se ve, ni se oye ningún ruido que nos diga que está cerca. ¿Por qué no quieres decirme qué ves, tú que vas allá arriba, Ignacio?
        —Bájame, padre.
        —¿Te sientes mal?
        —Sí
        —Te llevaré a Tonaya a como dé lugar. Allí encontraré quien te cuide. Dicen que allí hay un doctor. Yo te llevaré con él. Te he traído cargando desde hace horas y no te dejaré tirado aquí para que acaben contigo quienes sean.
        Se tambaleó un poco. Dio dos o tres pasos de lado y volvió a enderezarse.
        —Te llevaré a Tonaya.
        —Bájame.
        Su voz se hizo quedita, apenas murmurada:
        —Quiero acostarme un rato.
        —Duérmete allí arriba. Al cabo te llevo bien agarrado.
        La luna iba subiendo, casi azul, sobre un cielo claro. La cara del viejo, mojada en sudor, se llenó de luz. Escondió los ojos para no mirar de frente, ya que no podía agachar la cabeza agarrotada entre las manos de su hijo.
        —Todo esto que hago, no lo hago por usted. Lo hago por su difunta madre. Porque usted fue su hijo. Por eso lo hago. Ella me reconvendría si yo lo hubiera dejado tirado allí, donde lo encontré, y no lo hubiera recogido para llevarlo a que lo curen, como estoy haciéndolo. Es ella la que me da ánimos, no usted. Comenzando porque a usted no le debo más que puras dificultades, puras mortificaciones, puras vergüenzas.
        Sudaba al hablar. Pero el viento de la noche le secaba el sudor. Y sobre el sudor seco, volvía a sudar.
        —Me derrengaré, pero llegaré con usted a Tonaya, para que le alivien esas heridas que le han hecho. Y estoy seguro de que, en cuanto se sienta usted bien, volverá a sus malos pasos. Eso ya no me importa. Con tal que se vaya lejos, donde yo no vuelva a saber de usted. Con tal de eso... Porque para mí usted ya no es mi hijo. He maldecido la sangre que usted tiene de mí. La parte que a mí me tocaba la he maldecido. He dicho: “¡Que se le pudra en los riñones la sangre que yo le di!” Lo dije desde que supe que usted andaba trajinando por los caminos, viviendo del robo y matando gente... Y gente buena. Y si no, allí esta mi compadre Tranquilino. El que lo bautizó a usted. El que le dio su nombre. A él también le tocó la mala suerte de encontrarse con usted. Desde entonces dije: “Ese no puede ser mi hijo.”
        —Mira a ver si ya ves algo. O si oyes algo. Tú que puedes hacerlo desde allá arriba, porque yo me siento sordo.
        —No veo nada.
        —Peor para ti, Ignacio.
        —Tengo sed.
        —¡Aguántate! Ya debemos estar cerca. Lo que pasa es que ya es muy noche y han de haber apagado la luz en el pueblo. Pero al menos debías de oír si ladran los perros. Haz por oír.
        —Dame agua.
        —Aquí no hay agua. No hay más que piedras. Aguántate. Y aunque la hubiera, no te bajaría a tomar agua. Nadie me ayudaría a subirte otra vez y yo solo no puedo.
        —Tengo mucha sed y mucho sueño.
        —Me acuerdo cuando naciste. Así eras entonces.
        Despertabas con hambre y comías para volver a dormirte. Y tu madre te daba agua, porque ya te habías acabado la leche de ella. No tenías llenadero. Y eras muy rabioso. Nunca pensé que con el tiempo se te fuera a subir aquella rabia a la cabeza... Pero así fue. Tu madre, que descanse en paz, quería que te criaras fuerte. Creía que cuando tú crecieras irías a ser su sostén. No te tuvo más que a ti. El otro hijo que iba a tener la mató. Y tú la hubieras matado otra vez si ella estuviera viva a estas alturas.
        Sintió que el hombre aquel que llevaba sobre sus hombros dejó de apretar las rodillas y comenzó a soltar los pies, balanceándolo de un lado para otro. Y le pareció que la cabeza; allá arriba, se sacudía como si sollozara.
        Sobre su cabello sintió que caían gruesas gotas, como de lágrimas.
        —¿Lloras, Ignacio? Lo hace llorar a usted el recuerdo de su madre, ¿verdad? Pero nunca hizo usted nada por ella. Nos pagó siempre mal. Parece que en lugar de cariño, le hubiéramos retacado el cuerpo de maldad. ¿Y ya ve? Ahora lo han herido. ¿Qué pasó con sus amigos? Los mataron a todos. Pero ellos no tenían a nadie. Ellos bien hubieran podido decir: “No tenemos a quién darle nuestra lástima”. ¿Pero usted, Ignacio?


        Allí estaba ya el pueblo. Vio brillar los tejados bajo la luz de la luna. Tuvo la impresión de que lo aplastaba el peso de su hijo al sentir que las corvas se le doblaban en el último esfuerzo. Al llegar al primer tejaván, se recostó sobre el pretil de la acera y soltó el cuerpo, flojo, como si lo hubieran descoyuntado.
        Destrabó difícilmente los dedos con que su hijo había venido sosteniéndose de su cuello y, al quedar libre, oyó cómo por todas partes ladraban los perros.
        —¿Y tú no los oías, Ignacio? —dijo—. No me ayudaste ni siquiera con esta esperanza.

Responda las siguientes preguntas:

 

1. ¿Por qué el hijo representa una cruz física para el padre?

2. ¿Por qué el hijo no le avisa al padre que escucha ladrar los perros?

3. ¿Por qué el hijo optó por el camino de la delincuencia?

4. ¿Qué carencias están presentes en el cuento?

5. ¿Por qué llora el hijo herido?

6. ¿Por qué la actitud del padre es cambiante en relación con su hijo?

7. ¿Qué relación existe entre la tradición religiosa (católica) y el cuento?

 

4.2 SOCILIZACIÓN

Comparte con tus compañeros las respuestas que diste al cuestionario para conocer la opinión de todos.

4.3 Aplicación del aprendizaje en otros contextos o disciplinas

Lo increíble de la comprensión e interpretación textual es su capacidad para ser útil en cualquier asignatura. El estudiante, por ejemplo, podrá realizar la prelectura, lectura y poslectura en sociales, ciencias naturales, inclusive en los ejercicios matemáticos.


MOMENTO 5. Valoración

5.1 Cierre.

5.1.1 ¿Qué se logró?

5.1.2 ¿Logramos el objetivo?

5.1.3 ¿Qué dificultades tuvimos?

5.1.4 ¿Qué podríamos mejorar?

5.2 Reflexión

5.2.1 Uso de resultados de evaluación formativa

5.2.2 Reflexión docente sobre la implementación de la planeación

5.2.3 Plan de ajustes en la preparación de aula y clases.

 

 

CRITERIOS DE EVALUACIÓN

·               La lectura de la guía para comprender lo que tiene que hacer y lograr el seguimiento de instrucciones.

·               Comprensión e interpretación textual.

·               El avance en sus habilidades lectoras.

·               La responsabilidad en el desarrollo de la guía.

 

Referencias

http://www.gavilan.edu/spanish/gaspar/html/3_05.html

https://www.psicologoclinicooviedo.es/es/saber-mas/la-importancia-de-la-comprension-lectora/#:~:text=Emitir%20juicios%20y%20reflexionar%20acerca,que%20faciliten%20la%20comprensi%C3%B3n%20eficaz.

https://www.youtube.com/watch?v=eJa5dumdq8A


Comentarios

Entradas populares de este blog